Los nacimientos y el día de sentar el Niño Dios
En la época navideña las tradiciones relevantes son las posadas, nacimientos y día de sentar el niño Dios. Del 16 al 24 de diciembre se llevan a cabo las posadas vivientes en cada uno de los barrios, a las que acuden familias completas a rezar y cantar el rosario alusivo al nacimiento del niño Jesús. Previo al día 24 la mayoría de los hogares colocan nacimientos en sus viviendas con una devoción y entusiasmo admirables.
El motivo principal es recordar al niño Dios como figura principal. En los nacimientos al centro se coloca el misterio de la Virgen María, San José y el niño Jesús postrado en un pesebre (también la inconfundible estrella de Belén, el ángel, el burro y el buey que los acompañan) rodeado de un espacio acondicionado como paisaje que se conforma con materiales de la región: arena, piedras, musgo, heno, paja, pequeños cactus, ramas de árboles y otras plantas, con los cuales se forman cerros, valles, aldeas, lagos, ríos, puentes, en los que se colocan cantidad de figuras de barro: pastores, borreguitos, patitos, gallinas, pollitos, jacales, casas e incluso grandes palacios. El toque final lo conforman adornos navideños: esferas de diversos modelos y tamaños, faroles, luces parpadeantes en serie de diversidad de colores.
El 24 de diciembre, día del nacimiento del niño Jesús, se conserva en muchos hogares la tradición de rezar el rosario; y entre los cantos de navidad dee cada uno de los misterios, los padrinos colocan en un lienzo al niño Dios para arrullarlo, ya sea que el niño se encuentre en pañales o siga ataviado con el vestido del año anterior; en cada uno de los misterios se van despojando de una prenda hasta dejarle solo el pañal, se arrulla y acuesta en el centro del escenario navideño para evocar la natividad de Jesús.
Al terminar el acto religioso se invita a los presentes a la tradicional cena de navidad, un verdadero convivio familiar. Merece mención especial los regalos infantiles: aún se conserva la tradición que los pequeños escriban o les ayudan a escribir una carta dirigida al niño Dios para solicitarle el regalo de su preferecia, mensaje que se coloca dentro de un zapato que se coloca en el nacimiento antes de la hora de dormir. A primera hora del 25 de diciembre las niñas y niños despiertancon la ilusión de conocer el regalo solicitado y con alegría desenvuelven el presente en el que se encuentra inscrito su nombre, juegan y presumen el regalo con sus papás, hermanos, primos y demás familiares, incluso con vecinos, a los que mediante la frase popular dicen "me lo trajo el niño Dios".
Desde el día de navidad la imagen permanece en el centro del nacimiento, acostado, como un recién nacido, pero al llegar el 6 de enero, se colocan en el nacimiento las imágenes de los Santos Reyes. Para la tradición de sentar el niño Dios, se reza un rosario y se cantan villancicos al final de cada misterio, momento en que se coloca una prenda de vestir a la imagen; durante la letanía se sienta en niño Dios en una silla, por ello la expresión "sentar al niño Dios". Cabe dejar constancia del gran interés que despierta en los niños y jóvenes asistir a los hogaresa presenciar esta tradición, en los que son actores activos, ya que les gusta participar en los cantos, prender luces de bengala. A veces los padrinos que visten al niño Jesús son muy jóvenes, en ocasiones niñas y niños menores de doce años.
Lo visten de diversidad de imágenes, pero las preferidas son las del sano niños de Atocha, el Divino niño Jesús, el niño de los Dulces Nombres, el niño de las Palomitas, el niño del Sagrado Corazón de Jesús, entre muchos otros. Al terminar el rosario los asistentes se forman para ir a adorar la imagen del niño antes de ser colocado al centro del nacimiento; posteriormente los padrinos ofrecen todos un aguinaldo: bolsa de dulces de gran valor para chicos y grandes.
Los anfitriones o papás del niño Dios, además de instalar el nacimiento, preparan una cena, en la que no faltan los tamales de guiso de puerco con chile rojo, de pollo en salsa verde o roja, de rajas con queso, o bien, tamales de dulce con pasas, coco, piña, cacahuate o nuez. Se acompañan con ponche, bebida que todavía en algunos hogares preparan con orejones de frutas deshidratadas: manzana, perón, naranja, piña, caña de azúcar y pasas; se le agrega canela, tamarindo o jamaica. Aunque es común que se ofrezca café de olla, sobre todo cuando la cena es de tamales; o atole de sabores que se prepara de coco, chocolate, nuez, vainilla y guayaba. Como postre nunca faltan los tradicionales buñuelos y la rosca de reyes, a la cual cada persona parte una rebanada con la intención de encontrar el niño o "monito"; a quien en suerte le toque se compromete a invitar a cenar tamales el 2 de febrero, día de la representación del niño Dios al templo.
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