Día de Muertos

En el municipio las celebraciones católicas del día de Todos los Santos y Fieles Difuntos conocidas popularmente como "Día de Muertos", tienen origen desde tiempos prehispánicos, relacionados con el término del ciclo agrícola. La cosecha se levanta durante el mes de iembre, coincide con el final del ciclo del maíz y esto se reitera de alguna manera en el homenaje que se le hace a la muerte a través  de ofrendas de comida, donde la base es e mismo maíz: tortillas, gorditas, tamales, pinole, atole, entre otros. Los pobladores indígenas chalchihuitas acostumbraban en los entierros acompañar a sus difuntos con los objetos que podría necesitaren su tránsito al inframundo; la elaboración de objetos funerarios era muy variada, sobresalen los utensilios de barro, como la serie de copas que los arqueólogos relacionan con rituales funerarios, también el chalchihuit como piedra, símbolo de luz y vida eterma.

Al establecerse los españoles en estas tierras instauran la costumbre católica, cuya creencia en que el espíritu de los difuntos regresa del mundo de los muertos para convivir con sus familiares durante un día; se divide entre los difuntos pequeños y adultos, es decir, las almas de los niños regresan de visita el 1 de noviembre, día de todos los santos y las de los mayores el día 2, día de los fieles difuntos, por eso en ambos días el panteón es muy concurrido, familias enteras acuden a limpiar y decorar las tumbas con coloridas coronas de flores de rosas, girasoles, claveles, gladiolas y en especial de cempaxóchitl. Además vienen visitantes de otras comunidades como Gualterio, Piedras Azules, José María Morelos, La Purísima, El Manto, San José de buena vista y otras más. 

Todo el día hay gran movimiento de personas, los comerciantes instalan puestos para vender flores: margaritas, rosas y gladiolas, ofrecen además frutas que se producen en las huertas, en especial diversas especies de pera y manzana. No falta la venta de pan de muerto y otros panes de temporada como los huesos rellenos de mermelada de durazno, chabacano o fresa, teleras de cajeta casera de membrillo o manzana; también se ofrecen empanadas de conserva de chilacayote, picones, semitas y pan ranchero. 

Lo fundamental de esta tradición es recordar a los seres queridos a través de rezos, cantos, flores, comida típica, pan de muerto, dulces y otras ofrendas. A pesar de ello, se ha tomado elementos de otras culturas porque en la región existe cierta influencia del halloweeen que tiende a comercializar esta tradición a través de los productos de temporada.